Debido a la crisis económica profunda que sufre los Estados Unidos, todos los hogares han sido afectados de una u otra manera. Sin duda el aspecto financiero determina hoy en día las prioridades de nuestro accionar y es fácil caer en la tentación de abandonarnos en cambio de enfrentar los problemas con soluciones.
No tomar los pasos correctos a tiempo, puede aumentar el desbalance económico y la estabilidad emocional que necesitamos para luchar cada día. Existen soluciones para muchos de los problemas que nos trajo la crisis, solo hay que medir, planear y actuar.
El problema más común en esta crisis ha sido el del riesgo a perder la vivienda. Por un lado el consumidor se siente atrapado en cuotas por pagos de la casa (mortgage) que son imposibles de cubrir actualmente cuando el mercado laboral y empresarial decayó gravemente. Sin embargo, los bancos no se encuentran en condiciones de administrar y revender el gran número de casas que recuperan. Por lo tanto el proceso de remate o foreclosure es hoy en día más lento y ofrece oportunidades para el consumidor. Desde una modificación de prestamos, a un "short-sale", renegociación de la deuda a través de un capitulo 13, hasta bancarrota con descargo de deudas; existen múltiples caminos para resolver el problema. Primero tenemos que detenernos, determinar nuestra situación y establecer nuestras metas. Luego estudiar las soluciones posibles y trazar un plan.
El proceso de bancarrota siempre se lo ha visto en nuestra comunidad como el último y más extremo paso para dar en la vida. Una decisión que significa oficializar el fracaso, humillarse y despojarse de todos sus bienes. No hay nada más lejos de la realidad.
El proceso de bancarrota esta creado para evitar el fracaso de las personas. Una comunidad económica depende de la energía de sus trabajadores y el constante consumo. No hay persona que produzca y consuma sino esta saludable y esta contenta con sí misma. Por el contrario, las deudas e incertidumbre económica producen problemas familiares y de salud, que muy posiblemente se acarreen por el resto de la vida. La depresión ocasionada por el endeudamiento y la angustia de no poder revertir el problema son los que producen el sentimiento de fracaso. Así es que, poder empezar de nuevo, libre de deudas, otorga la gran oportunidad de hacer realidad nuestros proyectos transformándonos en ciudadanos productivos y consumidores, para el beneficio de todos.
El procedimiento de bancarrota es legal y simple. Si bien requiere una aplicación en el Tribunal Federal, el consumidor atraviesa un proceso en el cual ejercita un derecho y es tratado con respeto. Ni los bancos ni los abogados intervinientes pueden increparlo o cuestionarlo negativamente por haber ejercitado su derecho a declararse en bancarrota. Y este proceso es permitido aun cuando no tenga un número de seguro social. El proceso se lleva a cabo principalmente por vía electrónica y generalmente hay una sola audiencia en la que muchos individuos son citados para una entrevista. No existe ningún cuestionamiento acerca de porqué no paga la deuda, o porqué se endeudó. Que los consumidores puedan declararse en bancarrota y no paguen sus deudas es un escenario que está contemplado y financieramente repartido en las tasas de intereses que los consumidores pagan por préstamos.
Finalmente, el consumidor no tiene que despojarse de sus bienes ni ser totalmente insolvente para declararse en bancarrota. La ley protege sus ingresos, su casa, sus autos, sus herramientas, su pensión o fondo de retiro, etc. Por supuesto la bancarrota será reportada a su crédito y ello lo afectará en sus posibilidades de obtener préstamo en el futuro inmediato. De la misma manera que haberse retrasado en los pagos de sus deudas o no pagar, también redujo el puntaje de crédito e impide nuevos préstamos. Así también la consolidación de deudas le afecta negativamente su crédito con el agravante de que debe pagar la deuda parcialmente y no significa que en el futuro no vaya a necesitar hacer una bancarrota, también.
Los problemas económicos son uno de los principales detonantes de discordias familiares. El estrés es el gran responsable de un gran porcentaje de las enfermedades. Por lo tanto, no querer darle solución al problema financiero puede acarrear otros problemas aun más graves, y de los que no tenemos ni conocimiento ni control de sus ramificaciones y costos.
Hay un consenso y esperanza general de que Estados Unidos superará la crisis en un futuro cercano. Las decisiones, así como no tomarlas y negarnos a conducir nuestras vidas, determinarán que papel jugamos en la próxima etapa económica del país.